domingo, 21 de julio de 2013

Veintitrés



He tenido un sueño maravilloso:

Despertaba de madrugada en nuestra cama. Estábamos solos tu hermano, aún dormido a mi lado, y yo. Papá ya se había ido a trabajar. Yo sabía que me había despertado una contracción: me había puesto de parto. En el total, absoluto, acogedor silencio, me ponía de rodillas y apoyaba los antebrazos en la pared sobre el cabecero de la cama. DOS contracciones. Sólo dos. Largas, profundas, intensas y emocionantes. Te noté bajar con cada contracción, abrirte paso a través de mis paredes. Gemí dulce y verdadera, como en el acto que te engendró pero con un gemido para el sexo desconocido. Para mí desconocido. Para la carne desconocido. Así se ha de gemir cuando gime el alma. Sólo dos y te recogí con mis manos. Eras un niño. Por primera vez desde que sé de nosotras no te he sentido una niña. Tu hermano dormía y yo no tenía prisa por sacar nada más de mí, así que te envolví en mi pecho y seguimos durmiendo abrazados los tres. Mi último pensamiento fue para tu padre: no se lo creería cuando llegara a casa.


La peor parte de los sueños maravillosos es que indefectiblemente se terminan. Desperté feliz, sintiéndome el animal más mágico y salvaje que habita el universo. Y poco a poco, como se va el sabor del postre con cada sorbo de café, la realidad volvió a golpearme en el pecho para recordarme que eso no sucederá. Me angustia tanto, cariño, pensar que volveremos a estar a merced de las necesidades de otros y no de las nuestras… Pero mamá te promete que va a pelear para que nuestro parto sea nuestro. Muy nuestro y solo nuestro… 

2 comentarios:

  1. Lo conseguirás!! Ya lo verás. Te he dejado un mail en tu correo, espero que puedas ayudarme. Un beso

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  2. Mucho ánimo y no dejes de luchar por que tu parto sea un acto vuestro y solo vuestro, sea donde sea. Te empoderarás y parirás, y como bien explicas tu bebé se hará hueco y nacerá, y con todo el amor del mundo tus brazos le darán el cobijo que espera tras enamoraros profundamente con tan solo una milésima de segundo que os miréis. Bueno, así fue mi parto, pero seguro que el tuyo será igual de mágico si te dejas llevar...

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