miércoles, 29 de octubre de 2014

Felicidades, mi príncipe

Hoy me he sentido muy culpable, por muchas cosas, Hugo. Ojalá hubiera sido una madre mejor para recibirte, para darte la bienvenida que tú te merecías. Ojalá hubiera estado más informada y menos dispuesta a poner nuestro momento en manos de "los que saben". 

Que nunca te dobleguen, cariño. Que nunca te quiten lo que te pertenece, lo que sientes como tuyo. Tus decisiones las tomas tú.

Me siento culpable porque el día del primer cumpleaños de tu hermana lloré de emoción recordando aquel día. Su intensidad. Su potencia. Su magia. Y sin embargo el día de tu cumpleaños mi mente rehuye los recuerdos del día en que naciste. Intento forzarme a pensar en ello, y no me sale. Y me siento culpable por no poder sentir hacia ese día lo mismo que siento hacia el día que nació Aine. Me siento culpable, porque es culpa mía. Ojalá... Ojalá... 

Ojalá pudiera decirte otra cosa. Recuerdo nítidamente el primer momento que te vi. Naciste, te llevaron, te pesaron, te midieron, te envolvieron mientras llorabas y una ginecóloga tiraba de mi placenta. Te trajeron ya envuelto en una manta y te pusieron sobre mí, con los ojos impregnados de una pomada amarilla que ni sabía para qué era. Me miraste, Hugo. Giraste tu cabecita hacia arriba con los ojos bien abiertos y miraste dentro de los míos. ¡Que locura! ¡Que inmensa alegría! Ya te tenía conmigo. Por fin podía abrazarte, olerte, besarte... Papá te cogió un poquito porque una enfermera le preguntó si es que no se atrevía. Mientras tanto, me daban puntos. Te llevaron. Me pasaron del potro a la camilla, y en camilla a la habitación de dilatación. Y me lo hicieron todo ellos porque mis piernas estaban dormidas por la anestesia que yo tantas veces había dicho que no quería ("Pero niña, cómo no te la vas a poner, con lo que esto duele, para qué vas a sufrir para nada"). A la media hora de nacer te trajeron conmigo, te di el pecho un ratito, y te volvieron a llevar. "En 2 horas te llevamos a tu habitación y ya te damos al bebé". Pasaron más de 4 horas. Yo no tenía agua, ni comida, ni reloj que mirar, ni reloj interno casi, pero algo me decía que estaba pasando demasiado tiempo, y cuando preguntaba me respondían con amabilidad al principio... Pero después de la tercera vez las respuestas eran cortas y desganadas, casi casi hostiles.

La primera noche dormimos juntos en la cama del hospital, y me encontré por la mañana dando explicaciones y pidiéndole disculpas a la enfermera por haberte metido en la cama contigo. Mira que era idiota...






Cuántas cosas cambiaría. Y cuántas más haré que querré poder cambiar...

Ya ves qué regalo te hago, hijo, por tu cuarto cumpleaños. Mis lamentaciones. Y te pido tu perdón. Perdóname por no haber sabido hacerlo mejor. Tú eres mi gran maestro, y siento que haya tenido que ser así. Lo arrastraré toda la vida, pero me faltará tiempo en una vida entera para darte todos los abrazos que compensen aquel momento. 

Te quiero, mi príncipe.





3 comentarios:

  1. Se, y hablo desde la ignorancia prácticamente, que no es comparable lo que se puede sentir al tener a un hijo en un entorno desconocido, rodeada de gente desconocida que te mandan hacer cosas que no entiendes, que te marcan unas pautas que tu no entiendes por qué tienes que seguir, a tener a tu hijo en tu casa, rodeada de tu gente, estando con el el 100% del tiempo aunque tengas que soportar el dolor que implica un parto sin anestesia, es mucho mayor el placer de tenerlo contigo al segundo de verle nacer.
    Pero ahora si que te hablo desde la experiencia, y es que un parto tanto en casa como en una clínica privada o cualquier otro sitio que no disponga de una UCI y de un personal cualificado para hacer operaciones de urgencia, administrarle los medicamentos que pueda necesitar tanto el bebe como la madre en el momento del parto... a mi modo de ver, y tal vez sea porque conozco algún caso... es un disparate. No hay por qué arriesgar la vida de tu hijo y la tuya a día de hoy disponiendo de los medios que existen en los hospitales hoy en día. Si al bebé le falta oxígeno al nacer no hay vuelta atrás, por mucha prisa que se de la matrona para llevaros al hospital, en ese momento en que le falta oxígeno al nacer y no se disponen de medios inmediatos, puedo garantizar de primera mano que las madres si que lloran y se arrepienten el resto de su vida de no haber ido a un hospital a dar a luz. Porque las consecuencias pueden ser muchísimo más graves que lo que pueda suponer a la madre separarse de su hijo varias veces durante sus dos primeros días de vida, que sé que a ninguna madre le gustará eso, obviamente.

    Perdón por el discurso, pero tenía que decirlo.
    Un besito Jess.

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    1. Tu comentario, Clara, se merece una respuesta larga y tranquila, y ahora mismo no tengo tiempo. Entiendo lo que me dices, pero te falta mucha información. Hay tragedias en casa como hay tragedias en los hospitales. Yo también puedo hablarte de casos cercanos: de un fórceps didáctico que le reventó el cráneo a un bebé. De un bebé al que la apnea le sobrevino en el nido, solo entre otros tantos bebés, y nadie se dio cuenta de que no respiraba hasta que fue tarde para reanimarlo. De un bebé al que casi legran vivo porque la ginecóloga no fue capaz de encontrarle el latido. ¿Sigo? Es una tragedia. Una auténtica tragedia. Ninguna madre debería pasar por la pérdida de un hijo. No me puedo imaginar un dolor más grande. Y la reacción normal cuando esto sucede, por supuesto, es buscar un culpable, un resquicio lógico que le diga a la madre que no fue culpa suya. Pero, Clara, para empezar: mis matronas traían consigo todo el material necesario para atender cualquier urgencia médica que no pudiera esperar a llegar a un hospital. Yo no sé cómo trabajan las demás, sé cómo trabajan las que yo quise conmigo. Y si algún día eres madre entenderás lo desafortunado que es un comentario que te dice que, como madre, has arriesgado la vida de tu hijo.
      De momento lo dejo aquí. Y si algún día quieres y de verdad te interesa, te doy toda la información que necesitas.

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  2. Clara, como bien dices, hablas casi desde la ignorancia y ahí lo dejo.

    Como dice Jessica, tragedias ocurren en el hospital también, que no nos vendan la moto que tontas no somos.

    Yo también tuve " un parto robado", bien conoce Jessica mi historia. Sé lo que se siente no poder recuperar ese día, no poder volver atrás y sentir que has fallado, que le has fallado.

    Desde ese día me informo a diario de todo lo referente al parto, me armo de información para poder ganar la revancha que supondrá mi siguiente embarazo, la que ganaste tú con Aine y la que han ganado ya tantas mujeres antes que yo.

    Felicidades por esos 4 años en los que has aprendido tanto de tu pequeño maestro; es impensable, antes de ser madre, saber que alguien tan pequeño, puede hacernos saber tanto de tantas cosas que ignorábamos hasta tenerlos en nuestras vidas.

    Un abrazo y besos, guapa.

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