Desde que lo vi en el blog
De Mi Casa Al Mundo había quedado
absolutamente enamorada del Calendario Waldorf-Montessori.
Como mamá de dos niños pequeños de 5 y 2 años (y seguro que os pasa a muchas -si no a todas-) me doy cuenta de que el paso del tiempo anual es un concepto místico y misterioso para los peques, complicado de interiorizar a edades tempranas. Es lo típico de "- ¿Cuándo es mi cumpleaños, mamá? - Dentro de seis meses." y a la semana siguiente te vuelve a preguntar: "¿Cuándo es mi cumpleaños, mamá? - Dentro de seis meses. - Jolines, ¿todavía?" y así hasta el infinito.
Así que sí: el Calendario Waldorf me pareció una idea genial, bonita, maravillosa y necesariamente efectiva para ayudarles a comprender cómo pasa el tiempo al cabo de un año entero. El original, todo hay que decirlo: es una auténtica maravilla. Pero su precio, que ronda los 200€, definitivamente, no entra dentro de nuestra línea de gastos...
Y entonces vi esta entrada GENIAL de
Entre Actividades Infantiles en la que contaba cómo había hecho su versión casera del calendario, y me dije "¡Ostras! ¡Tengo que hacerme uno!".
Por si no conocéis el calendario, la entrada de De mi Casa al Mundo está genial, pero así a grosso modo es un calendario que consiste en marcar, sin nombres ni números, sino mediante formas y colores los días, semanas y meses, para que los peques puedan interiorizar el ritmo anual. Se ponen doce triángulos de colores que representan los meses en el centro y a su alrededor treinta y un piezas de color que representan los días. Cada día se añade una de estas piezas, y al empezar cada mes se añade un triángulo. En los meses se ponen figuritas representativas del mes, y los colores de los meses ayudan a visualizar las estaciones.
Si os digo la verdad, no tenía muy claro cómo hacerlo, así que partí de la base de todo proyecto homemade: IKEA, y fui improvisando sobre la marcha.
Había empezado a escribir una entrada, aquí, con todo lujo de detalles, pero me queda demasiado espeso (e imagino que no necesitáis tampoco conocer mis procesos mentales xD), así que voy a ir al grano y poneros directamente los materiales que yo he utilizado y cómo lo he hecho (que ya veréis que no tiene ningún misterio).
Lo primero que cogí fue la bandeja giratoria de Ikea (la que vi en el post de Entre Actividades Infantiles), que costaba 5,50€:
http://www.ikea.com/es/es/catalog/products/90074483/
Al pasar vi unos cuencos de madera ideales para lo que tenía en mente y compré uno. No lo encuentro en su web, es un estilo a este pero más pequeñito. Me costó 5€
http://www.ikea.com/es/es/catalog/products/60214343/
Para hacer los triángulos de los meses utilicé chapa cumen que encontré en los chinos. Usé dos tablitas de 30x20cm., a 0,80€ cada una. (Compré cinco por si metía la pata muchas veces :D y porque planeo hacer otro para regalar)
El primer paso fue tan sencillo como cortar 12 triángulos de borde redondeado (luego pensé que bien podía haberlos dejado rectos y que en lugar de un círculo fuera un dodecágono). Para ello primero hice medio círculo (como la chapa medía 30 cm., el círculo tiene 15 cm. de radio) en una de las chapas, utilizando lo que yo llamo el compás de Da Vinci (un lápiz sujeto a una cuerda, aunque por no levantarme de la silla usé la goma del pelo, asi de vaga soy xD) para dibujar el arco, y lo dividí en seis (primero a la mitad y luego cada mitad en tres partes).
Luego repetí con otra tablilla y dibujé en el centro un círculo de más o menos el mismo ancho que el culo del cuenco que pondría en el centro. Casualmente, era el mismo diámetro que el de un rollo de celo casi acabado que tenía por ahí :)
Y con el cúter, cuidado y paciencia, fui cortando todos los triángulos.
¡Qué cuqui todo! xD
Aunque, si tenéis herramientas y maña, yo pondría los triángulos de alguna madera más gruesa, la verdad (yo para estas cosas soy una negada...). Especialmente si vivís en el norte, porque en cuanto llegue el invierno no sé yo con la humedad cómo de planos seguirán estos triángulos... ¡Pero bueno! Tiempo a cambiarlos siempre tendremos :D
Me hice con unas bolas de madera en Amazon. De entre las muchas -
muchas- que había, al final me decidí por
estas de 16mm., que costaban 8,79€ el paquete de 100 bolas y, además, estaban en
Premium (a mí es que siempre me pueden las prisas).
En realidad no son "bolas", son "cuentas". Es decir: están pensadas para hacer bisutería con ellas, de ahí el agujerito. Pero de mano no me importaba y, además, luego resultó venirme bien que tuvieran agujerito :)
Luego llegó el paso de dar color al asunto ("
que es lo que le da la calidad al calendario", jajajaja). Yo lo pinté todo con pintura acrílica, de la buena, que uso para trabajar. No hace falta que sea una pintura súper buena, aunque con las cosas que van a manipular peques, ya lo sabéis, conviene tener cuidado con el tema de las toxicidades. Yo siempre compro en
La Barba Blanca, una tienda de Gijón que también vende
on-line, y me dejo asesorar por la regente, que es una
estupenda profesional y os puede informar de vuestras mejores opciones -incluso en detrimento de su propia venta-. De diez.
Primero pinté los meses. Son 4 colores "principales", en orden (cronológico): azul, verde, amarillo y rojo. Entre cada dos colores principales hay dos triángulos, con sus degradaciones obvias: entre el azul y el verde dos mezclas de azul y verde, una con mayor cantidad de azul (más cerca del azul) y otra con mayor cantidad de verde (más cerca del verde). Y así con todos los colores. De esa manera tenemos tres tonalidades de cada color: el color "principal" y los dos que tiene a los lados. Es decir, tenemos tres azules para el invierno, tres verdes para la primavera, tres amarillos para el verano y tres rojos para el otoño. El año empieza con enero en el azul "principal", el que no tiene mezcla.
Decidí pintarlos sólo por un lado, porque así los que no se estén usando estarán boca abajo, en "blanco", en lugar de fuera del tablero. Porque, conociéndome, como saque de aquí un triángulo no lo vuelvo a encontrar xD
A la hora de pintar las bolas, pinté 35 bolas: de 7 colores, 5 de cada color:
Púrpura para el lunes.
Rojo para el martes.
Amarillo para el miércoles.
Naranja para el jueves.
Verde para el viernes.
Azul para el sábado.
Magenta para el domingo.
Me vino de lujo que fueran cuentas, porque así las ensarté con palillos de cocina (de los hacer pinchos) para pintarlas a gusto y las fui poniendo a secar tan majamente.
Y así, amigos, es como se inventó el Mikado xD
Además, aprovechamos para hacernos un collar arcoiris ^_^
Para colocar las bolas en la bandeja, hice peanitas de Clay (arcilla polimérica). En Amazon casi siempre hay alguna
oferta de la de Alpino. La nuestra me costó 7€, y gasté tan poquita que tengo Clay en casa como para seis calendarios más.
Edito: las peanas quedan mucho mejor si se las deja secar con las bolitas dentro. Si se quitan las bolas, al ir secando el Clay se contrae un poco, con lo que al final la esfera que queda, aunque válida, es más pequeña en realidad que las bolitas. Si se dejan las bolitas dentro durante el secado quedan perfectas.
Las pegué (a ojo, lo reconozco, no medí por centímetros) a la bandeja con cola (con muuucha cola). Mientras secaba bien la cola, aproveché para pintar bien los bordes de los triángulos de los meses. Y cuando empecé a poner los coloritos por encima aquello parecía ¡un calendario de verdad!
Edito: la bandeja giratoria de Ikea tiene una superficie absolutamente satinada, lisa. Esto hace que la cola pegue bien, pero al secar se desprende con facilidad haciendo un poco de fuerza. No habría problema... Si no fuera porque es para los peques. Es mejor utilizar pegamento super fuerte tipo superglue.
Las figuritas las hicimos con Clay también. Procuramos hacer cosas que para nosotros tienen significado:
Enero: muñeco de nieve.
Febrero: una bruja (de carnaval)
Marzo: una flor
Abril: el conejo de pascua
Mayo: cerezas
Junio: un birrete
Julio: un pez payaso
Agosto: un cangrejo
Septiembre: una mora
Octubre: una tarta de cumpleaños
Noviembre: una castaña
Diciembre: un árbol de navidad
Le dije a Hugo que me habían dado la idea de poner un arcoiris en mayo y me dijo que arcoiris los había durante toda la primavera, y que era mejor poner uno muy largo para todos los meses de primavera. Él lo hizo y lo puso en los meses verdes. ¡Así de rápido cogió los conceptos! :O
Y, por último, añadí al bol 5 bolas sin pintar para, cada mes, poder marcar los días "importantes". Por ejemplo, cuando estrenamos el calendario teníamos planeada una escapada a Madrid para asistir a la
jornada de puertas abiertas del yacimiento paleontológico de Somosaguas, así que pusimos en ese día una bolita "blanca" y le hicimos una figurita especial para ella (que ensartamos con un palito para meterlo en la bolita).
Al peque le resultó súper fácil visualizar cuánto faltaba para irnos de viaje ¡y no veáis qué emoción poner día tras día una bolita y ver cómo nos acercábamos! Cuando llegó el gran día fue a despertarme corriendo y me dijo "¡Mamá, ya he cambiado la bolita! ¡Hoy es el día de irnos a Madrid!"
Este es nuestro calendario hoy (sábado 28 de mayo):
(El dinosaurio no está en su sitio pero da igual xD)
Y así de bonito se verá el 31 de diciembre ^_^
¡Ojo, que las tres últimas fotos están sin filtros! ;)
El calendario original incluye, además, en cada mes 4 agujeritos para ir marcando las semanas completas. Le di muchas vueltas a cómo añadirlo a nuestro calendario (peanas extras, hacer agujeritos en la chapa, marcarlo con una peana de otro color para cada domingo de semana completa, poner bolitas de otro color para ese domingo...). Al final me di cuenta de que no era tan necesario: aunque no sea tan visual, es tan fácil como mirar las bolitas magentas y contar desde la primera que tenga todos los días detrás. Así que decidí prescindir del marcaje de las semanas en pos de que el calendario querada más limpio :)
¡¡Y ya está!!
Por supuesto, ni de lejos es tan fino y bonito como el original, ni los materiales tienen la misma calidad, desde luego. ¡Pero es 100% nuestro! Y tiene unos pros para mí muy importantes:
- El precio. 200€ está más que lejos de nuestro alcance. El precio de este calendario no llega a 20€.
- Las piezas las reponemos fácilmente. En serio: figuritas, bolas, colores, niños... Lo sabéis: se van a perder xD Si se me pierden las bolitas de un calendario de 200€ me da una catarsis. Si se me pierden estas creo que me preocupará un poquito menos.
- El ratito que pasamos juntos pensando, haciendo y pintando.
- Esa satisfacción de hacer algo una misma y, de paso, enseñar a los peques a buscar sus propias alternativas, que es algo que me encanta ^_^
Espero que este post os haya gustado y que os resulte útil, tanto como a nosotros nos lo está resultando el calendario.
Si os animáis a hacer el vuestro, ¡ya nos contaréis!